Rasgos de personalidad por los que una mujer empresaria no debe disculparse
Lo cierto es que ser una mujer empresaria en un mundo todavía dominado por los hombres es difícil. Y lo que es peor, la gran mayoría de las personas con las que te cruces esperarán que te disculpes por haber tenido la audacia de afrontar el reto y forjarte por tu cuenta. Le reprocharán los rasgos que la han llevado al éxito, pero también las cualidades que la convierten en mujer, como su belleza, su intuición y su determinación.
Tienes que ser firme en lo que eres y comprometerte con lo que quieres llegar a ser.
1. Ser real
No hay nada malo en mostrar a los demás quién eres por dentro. Bueno, al menos no para la mayoría de ustedes. Si la gente te acusa de tener un caso grave de fiebre aftosa dondequiera que vayas, es posible que tengas que moderar un poco tu actitud. Para el resto de ustedes, ser agresivos, reflexivos, obstinados -incluso distantes cuando lo consideren oportuno- es lo que les hace ser. La mayoría de las veces, son los rasgos de los que los demás se sienten celosos los que le harán triunfar en su vida y en su negocio. La gente que te rodea también lo ve, y de ahí viene el odio. No te disculpes por lo que eres.
2. Ser cumplidor
No sé por qué demonios la gente que ha alcanzado el éxito en los negocios y en la vida tiene que disculparse por ello. Tal vez porque, como a Les Brown le gusta señalar, «lo que está abarrotado en la vida es el fondo». La mayoría de las personas, hombres o mujeres, que encuentres no habrán sido capaces de crear los resultados que tú tienes. También tendrán un montón de excusas para no hacerlo, como criar a los hijos, pagar las deudas de los estudiantes, el banco no les dio un préstamo para crear su propio negocio… ¡Lo que sea! Eso no significa que tengas que rebajarte a su nivel y disculparte porque «has tenido suerte» y los astros se han alineado de forma correcta. No te ha tocado la lotería, ¿verdad?
3. Estar motivado (y/o motivar a los demás)
¿Desde cuándo es malo tener ganas de triunfar? ¿O tratar de inculcar algo de positivismo en una habitación llena de Guses y Gertrudes gruñones? El hecho es que la mayoría de los que no aprueban este rasgo de carácter se sienten así porque desearían ser más impulsivos, más positivos, más inspiradores, pero parece que no pueden encontrarlo dentro de sí mismos. Esto no es culpa tuya. ¿Por qué te lamentas de no tener que ver un vídeo de Tony Robbins cada mañana sólo para tener la ambición de vestirte? Deja de lado a estas personas con un gesto de la mano y sigue adelante.
4. Ser una mujer emprendedora que gusta a la gente
Así que eres hermosa, vivaz, inteligente, divertida, etc. ¿Quién puede decir que hay algo malo en ello? ¿O que sólo has alcanzado el nivel de éxito que tienes porque le gustas a la gente? Esa es la cuestión. Aparte de ser duro y tener ganas de conseguir lo que quieres, tienes que ser el tipo de personalidad con la que la gente disfruta estando cerca. Un jefe simpático, pero no demasiado simpático, será mejor para gestionar a los empleados que uno que sea un gruñón constante. Los clientes se sentirán atraídos por tu amabilidad, tu sentido del humor, tu belleza y, sobre todo, por tus habilidades. No te disculpes por estas cosas. Si lo tienes (es decir, algo que le gusta a la gente), ¡haz alarde de ello, chica! Sea cual sea ese algo.
5. Ser intransigente
Este rasgo es un arma de doble filo. Hay que saber utilizarla o arriesgarse a cortarse la cabeza. Sin embargo, sigue siendo un reto para las mujeres usurpar a los hombres en la fuerza de trabajo. Olvídate de la etapa empresarial. Tienes que ser incondicional, estar completamente comprometida con los resultados que buscas. Cuando alguien intenta que cambies algo que no te parece bien, tienes que mantenerte firme. ¡Pedir disculpas por ello sólo ensucia tus objetivos y tu reputación!
¡¡¡#NUNCA TE DISCULPES POR SER TÚ!!!
Tú eres quien eres. Has hecho – o harás algún día muy pronto. Si sientes la necesidad de disculparte por los rasgos que te convierten en una gran empresaria, tal vez ya no merezca la pena mantener la compañía que tienes.