Conectar los paisajes rurales con la tecnología de banda ancha
Las comunidades rurales de todo el mundo se enfrentan a numerosos retos. Los más acuciantes son los altos índices de pobreza, las catástrofes naturales, el descenso de la población debido a las migraciones masivas a las zonas urbanas y la falta de infraestructuras e instalaciones necesarias para un crecimiento y desarrollo sostenibles.
Aunque no existe una panacea para todos los problemas que aquejan a las comunidades rurales de todo el mundo, una forma de actuar es poner en marcha medidas que hagan que estas comunidades sigan el camino del crecimiento inteligente.
Desarrollo económico con crecimiento inteligente
En el contexto estadounidense, por ejemplo, la Agencia de Protección del Medio Ambiente recomienda un enfoque múltiple que anime a las comunidades a adoptar estrategias que utilicen los activos existentes, fortalezcan las comunidades y generen un valor a largo plazo que invite a una serie de inversiones. En resumen, el marco propuesto para crear un desarrollo económico de crecimiento inteligente incluye
- Diseñar un clima económico que mejore la capacidad de las tierras de trabajo y conserve los paisajes naturales.
- Asegurarse de que los activos e inversiones existentes están bien cuidados (por ejemplo, lugares históricos, distritos del centro, calles principales, etc.)
- Nutrir a la población local construyendo barrios vibrantes y duraderos apoyados por nuevas inversiones financieras, técnicas y comerciales.
Conectar lo desconectado
Con la aplicación de políticas de crecimiento inteligente, las comunidades rurales podrán emprender diversas medidas que les ayuden a anticiparse y superar los retos. Un área clave que puede resultar una inversión rentable entre dichas comunidades es el establecimiento de una conexión regular a Internet mediante soluciones de banda ancha inalámbrica sólidas y fiables.
Se calcula que en todo el mundo hay unos 4.000 millones de personas que aún no disponen de una conexión regular a Internet, y la mayoría de ellas viven en zonas rurales. El hecho de que esto siga siendo un problema se debe en gran medida a que el coste de tender cables a través del campo o de terrenos especialmente difíciles es prohibitivo. Esto deja a menudo a las zonas remotas y pobres con conexiones de banda ancha inferiores o inexistentes.
¿Por qué debería importarle?
Quizá se pregunte por qué debería molestarse en apoyar la expansión de la banda ancha inalámbrica en zonas rurales o marginales. Porque todo el mundo tiene derecho a una conexión inalámbrica y a las oportunidades educativas y económicas que conlleva. El acceso a Internet de alta velocidad no debería limitarse a las zonas densamente pobladas y, desde luego, no debería limitarse únicamente a las regiones más ricas.
Pero la realidad es que todavía hay que superar muchos retos para que los gobiernos y los proveedores de tecnología puedan cumplir su misión de conectar a los desconectados del mundo, especialmente a los que viven en comunidades rurales pobres. Para ello, deben trabajar juntos para mantener el tema en primera línea de las agendas de desarrollo, además de innovar continuamente para dar con las mejores y más asequibles soluciones que puedan ayudar a la gente.