Formas de motivar y comprometer a los empleados por parte de los mejores directivos
La mejor manera de mejorar el compromiso en el lugar de trabajo no es ofrecer a los empleados un horario más flexible, incentivos económicos o algunas ventajas innovadoras, sino mejorar la forma en que los directivos realizan su trabajo.
Con esto en mente, aquí hay 4 maneras de ser un mejor gerente:
1. Mejorar la comunicación
Un buen directivo se comunica con sus trabajadores. Esto puede ocurrir en persona, por teléfono o mediante mensajes electrónicos. Una comunicación clara es posible incluso en organizaciones grandes o cuando se gestionan equipos remotos. Con los avances tecnológicos, la comunicación es ahora más fácil que nunca. Un buen directivo tiene a su disposición muchas y excelentes herramientas de software para aumentar la colaboración.
La gestión del rendimiento mejora cuando existe un espíritu de colaboración dentro de un equipo, así como la tecnología para que la comunicación sea casi sin esfuerzo. Mediante el uso de software como, un gerente puede proporcionar orientación cuando un empleado no está seguro de cómo hacer algo o cuando un proyecto se debe.
2. Construir una relación de trabajo
La razón por la que la comunicación funciona tan bien es porque crea una relación. Los empleados prefieren trabajar con directivos que les entiendan. Una forma de crear esta relación es mediante la celebración de reuniones periódicas. De hecho, se calcula que los empleados que se reúnen regularmente con sus jefes tienen casi tres veces más probabilidades de que su trabajo les resulte interesante que los empleados que no se reúnen o que sólo se reúnen con sus jefes cuando es absolutamente necesario.
Esencialmente, los empleados se sienten motivados por los directivos que se interesan por su bienestar. Los altos directivos entienden que las personas son diferentes y quieren que se les reconozca su singularidad. Relacionarse con todos de la misma manera, como si todos tuvieran conocimientos, capacidades y habilidades intercambiables, sólo crea una sensación de alienación. A la gente le molesta sentirse como engranajes de una máquina y quiere que se le reconozca su individualidad.
3. Establecer expectativas claras
Un buen director establece objetivos claros para los empleados. Se asegura de que los empleados sepan qué deben hacer, cuándo deben hacerlo y por qué es importante. En otras palabras, los empleados aprenden a cumplir lo que se espera de ellos.
Los empleados suelen necesitar orientación porque se enfrentan a un diluvio de tareas y a menudo están confundidos sobre lo que se espera de ellos. Desconectados del panorama general, no saben cómo ordenar sus prioridades ni a qué ritmo deben trabajar. Cuando los directivos se limitan a hacer revisiones anuales y a dar charlas de desarrollo, los empleados sólo tienen una vaga idea de lo que se espera de ellos. No entienden la visión de su empresa y no comprenden lo que se espera de ellos.
4. Centrarse en los puntos fuertes en lugar de en los débiles
Una de las mayores debilidades de la gestión actual es centrarse en los puntos débiles. Es una batalla perdida. Los directivos se sienten obligados a enfrentarse a los empleados y éstos se sienten resentidos o intimidados al ser llamados constantemente la atención por su mal rendimiento. En lugar de mejorar, las cosas empeoran: los empleados no hacen lo que se espera de ellos y los directivos tienen dificultades para cumplir los plazos de los proyectos.
La forma de acabar con este conflicto en las relaciones laborales es hacer lo contrario: centrarse en los puntos fuertes. Una cultura empresarial que se centra en los puntos fuertes asigna el trabajo en función de los talentos. Como resultado, todos ganan. Los empleados aprenden a hacer su trabajo más rápido y mejor, y además de producir más trabajo y de mayor calidad, es menos probable que cambien de empresa. El alto índice de rotación de la empresa se debe a menudo a que los empleados quieren huir de sentirse acosados en el trabajo por no rendir. Los empleados que trabajan con sus puntos fuertes suelen ser más propensos a solicitar formación para ampliar sus conocimientos y habilidades. Es un ciclo positivo y ascendente.
Los buenos gestores mejoran el compromiso en el lugar de trabajo
Un empleado comprometido, es alguien que está interesado, involucrado y entusiasmado con su trabajo. Los empleados aprecian a los directivos que les ayudan a decidir las prioridades, que establecen objetivos de rendimiento claros, que fomentan la responsabilidad y que aprovechan sus puntos fuertes. Los empleados comprometidos disfrutan de su trabajo porque sienten que son tratados con justicia y que tienen la oportunidad de crear una gran carrera.
Por el contrario, las personas desvinculadas son indiferentes y pasan el día sonámbulas, sin interés en mejorar su propio rendimiento o en el éxito de su empresa. Esta actitud de presentarse y pasar por el aro no sólo afecta a los propios trabajadores y a sus empresas, sino que también afecta a la economía en su conjunto, reduciendo el crecimiento económico.