Los límites de la gestión de una empresa a distancia
A primera vista, muchos empresarios potenciales encuentran atractivo el concepto de gestión y propiedad de la empresa porque están acostumbrados a estar «en el centro», por así decirlo. El mito generalizado de que los que están en la planta de producción o en el equipo de ventas trabajan más que los que están en la dirección es claramente un mito, pero es uno muy poderoso. El rumor de que los directivos -en lugar de gestionar- pasan la mayor parte del tiempo en el campo de golf es igualmente falso y, si esto es lo que esperas al iniciar una nueva empresa, podrías llevarte una desagradable sorpresa. Estos son los límites de la gestión de una empresa a distancia.
Los teléfonos no indican el lenguaje corporal
Aunque como director no pasará todo el tiempo en la planta, no hay ninguna razón lógica para que no mantenga una fuerte presencia, ya sea con una oficina en el lugar o con reuniones periódicas con el personal.
Sí, puede gestionar las empresas por teléfono o mediante videollamadas de Skype, pero éstas sólo le proporcionan una breve instantánea de la empresa y, por lo tanto, no está obteniendo un reflejo exacto de la actividad empresarial. Por supuesto, se pueden utilizar como un parche de comunicación cuando no estás in situ, pero no deberían ser más que eso.
La ira de los gastos de gestión adicionales
Algunos sectores, como el de los arrendadores, tienen fama de tener propietarios que gestionan a distancia. De hecho, la sugerencia de que la mayoría de los inquilinos nunca ven a su propietario cuando alquilan es cierta y, por ello, el proceso parece sencillo.
Con esto, parece que simplemente se puede comprar una propiedad, equiparla con muebles baratos de algún lugar como Peelmount (donde incluso se puede conseguir todo en un solo lugar), y luego dar un paso atrás y cosechar las recompensas.
Sin embargo, este no es el caso y, si eliges esta opción, tendrás que gestionar todo a través de un agente de alquileres, algo que reducirá enormemente tus beneficios. Además, al tener los inquilinos un punto de contacto, es más probable que soliciten reparaciones, lo que reducirá aún más los beneficios.
Falta de concentración
Por último, si no estás en la oficina o en la sala de ventas, es muy fácil perder la concentración en la tarea que tienes entre manos. Al estar ausente, te perderás los problemas cotidianos que se producen en tu ausencia. Por supuesto, estos pueden ser resueltos por otros, pero la cantidad se acumula y, finalmente, surgirá un gran problema, y será mucho más perjudicial porque nunca lo viste venir.